Beijing, 20 ene (Prensa Latina) China cuenta hoy con regulaciones más severas que buscan reducir el plástico en el corto plazo y controlar la contaminación que produce, pues sus efectos son devastadores para los océanos, la flora y fauna del planeta.
Las disposiciones fijan metas a alcanzarse en 2020, 2022 y 2025 durante esa campaña, para garantizar un entorno con la menor presencia posible de ese material.
Este año, algunos sectores pilotos prohibirán la producción, venta y uso de plásticos, otros lo restringirán al mínimo y se pondrá un alto a las importaciones.
En 2022 el país se plantea registrar una caída significativa en el consumo de los desechables y, en contraste, deben existir más artículos hechos de materiales ecológicos.
Finalmente en 2025, se establecerá un sistema para monitorear la producción, distribución, uso, reciclaje y depósito de los plásticos.
La regulación -emitida por el Ministerio de Medioambiente y la Comisión Nacional de Reforma y Desarrollo– pondrá el foco en la vajilla desechable, los artículos de aseo ofertados en los hoteles, los empaques y las bolsas no biodegradables.
Asimismo, contempla la veda a las coberturas utilizadas en la agricultura con un grosor inferior a los 0,01 milímetros y las bolsas con menos de 0,025 milímetros.
Esa iniciativa china se enmarca en un movimiento mundial que tiene el mismo objetivo, pues está demostrado los daños del plástico al entorno.
Además, forma parte de un plan que contempla a partir de este año la clasificación obligatoria de la basura doméstica e industrial en todo el territorio nacional.
Los esfuerzos de China en el tema implicó la prohibición hace un año de la importación de 56 tipos de desechos sólidos, lo cual resultó en una reducción de 40 por ciento interanual durante 2019.